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La historia del meteorito en Colombia (las sábanas del Vichada).

En las sábanas del departamento colombiano de Vichada, hace 30 millones de años cayó un meteorito de 2,5 kilómetros de diámetro, el cual generó un enorme cráter que hoy en día es un selva.

Un hueco de alrededor 50 km de diámetro y, según Instituto Humbold, contiene biodiversidad típica de las sabanas, un fragmento de cuerpo celeste y de los bosques tropicales. La selva de Aliwa, cómo la llaman los indígenas, es la bisagra entre el llano y el Amazonas.


90 familias Sikuani y más de 2.600 especies de flora y fauna habitan hoy la selva colombiana donde se generó hace millones de años este cráter.


Aún es un misterio el impacto que generó este meteorito en medio de la extensa Orinoquía colombiana, un fenómeno parecido al ocurrido hace 66 millones de años en la Península de Yucatán en México, cuando un meteorito dejó un cráter de 180 kilómetros de diámetro y se convirtió en el detonante para la extinción de los dinosaurios.

Lo que sí se sabe es que el cráter en el sur de Cumaribo, que cuenta con una longitud similar a la distancia que hay entre Bogotá y el municipio de Tocancipá, fue colonizado por una densa selva amazónica, la más grande que crece en la transición Orinoco-Amazonas sobre las sabanas naturales del Vichada y que fue nombrada como las selvas de Aliwa por los sikuani.


“Por su localización y origen, se dice que estos bosques deben presentar unas características biológicas únicas, un tesoro de la biodiversidad colombiana que aún no ha sido explorada por la ciencia occidental”, informó Hernando García Martínez, director del Instituto Humboldt.


Los investigadores del Humboldt dicen que esta selva es un tesoro de la biodiversidad colombiana que aún no ha sido explorado por la ciencia. Se estima que allí hay 144 especies de mariposas, 331 de peces, 64 de anfibios, 163 de reptiles, 684 de aves y 183 de mamíferos.

Incluso se cree que en el cráter habitan seis especies endémicas y 33 especies de flora y fauna en peligro de extinción, incluidos el cocodrilo del Orinoco, la tortuga morrocoy, el mono araña, el armadillo gigante, el delfín rosado, el jaguar y el árbol de Castaña.


Los geólogos de la Nacional, que el año pasado probaron que efectivamente era un cráter de meteorito, cuentan que el agujero no se distingue a simple vista porque está cubierto bajo depósitos de sedimentos más recientes y por una vegetación muy tupida.


Entonces, ¿Cómo confirmaron que esta pequeña selva amazónica emergió de un cráter causado por el impacto de un cuerpo celeste?


Encontraron piedras y rocas de 1 a 3 metros de alto que tienen hay evidencias mineralógica.


Las piedras tienen materiales deformados y minerales específicos que se generan por altas temperaturas y altas presiones. El cráter del Vichada es similar al que se encuentra en Sudbury, Ontario, Canadá, el segundo mayor cráter de impacto en la Tierra.

El impacto del meteorito pudo generar microambientes que favorecen la proliferación de la fauna y la vegetación. Esa tierra es especial. En zonas donde ha habido impacto de asteroides hay enriquecimiento de ciertos metales y minerales que hacen que crezcan muchos árboles.


Otro indicio que muestra que esta selva creció dentro de un cráter de meteorito es el comportamiento del río Vichada, que rodea parte del antiguo agujero. El cauce de los ríos en la región tiene una trayectoria constante, pero el Vichada hace un raro bucle hacia el sur.


Los investigadores explican que lo más probable es que el impacto del meteorito haya elevado el terreno y haya desviado la trayectoria normal del río.


Fuente: Juan Miguel Hernández del periódico El País.


Tele Heroica, te informa bien.

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